viernes, julio 11, 2003

Soñé que las piernas de una mujer me atraían hacia su boca. La sensación de aquel calor que me abraza aún perdura. Aunque el blanco de su rostro intimaba con el velo transparente que proyecta esta imagen, recuerdo que la piel alrededor de sus ojos había sido tomada por las sombras.

Un hombre habló, y el sobresalto me devolvió a la soledad.